Un fantasma recorre Europa y esta vez no es el fantasma del comunismo, promocionado por Karl Marx y Friedrich Engels en 1848. Tampoco es el primer fascismo que germinó a partir de 1919 en la llanura septentrional italiana para ahuyentar el fantasma del comunismo rompiendo las piernas del sindicalismo campesino. Tampoco es el fantasma neoliberal invocado por Margaret Thatcher en 1979 con un grito atronador: “¡La sociedad no existe, solo existe el individuo!”. El fantasma que ahora recorre Europa se rebela contra la nueva religión del ecologismo y sus profetas urbanos. La pequeña y mediana propiedad agraria defiende sus rentas y se levanta contra la acumulación de normativas verdes.
En Bruselas están asustados porque solo faltan cuatro meses para las elecciones europeas de junio. En París, Emmanuel Macron ha dado orden al Gobierno de situarse al lado de la protesta, para interceptar al Frente Nacional. Ségolène Royale, la Zapatera del 2007 [el mote la equiparaba al entonces triunfal presidente español], la última musa del socialismo francés, se ha sumado a la iniciativa arremetiendo contra los tomates españoles como si estuviese en la barra de un bar. En Alemania, el Gobierno federal de socialdemócratas, verdes y liberales se halla en sus horas más bajas, acosado por los tractores. La sólida alianza conservadora CDU-CSU parece que puede capitalizar mejor la protesta que la AfD (extrema derecha). El bávaro Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo, se frota las manos. Ursula von der Leyen quiere quedar bien con todo el mundo para ser reelegida presidenta de la Comisión después de junio. En Italia, Giorgia Meloni está dispuesta a conceder todo lo que haga falta a la Coldiretti (principal organización de los agricultores italianos), para que la Liga de Matteo Salvini no se lleve el voto de los tractores. Sin embargo, la Coldiretti, de origen democristiano, se está viendo desbordada por las bases. También ha habido protestas en Bélgica, Portugal y Grecia. La oleada llegará esta semana a España con acentos de Vox en los primeros manifiestos. Vox pugna por ser la Voz del Campo. El Partido Popular no quiere que le arrebaten esa bandera y ese megáfono.
La ola llega esta semana, pero su espuma ya ha sido visible en los últimos días en diversas provincias (León, Zamora, Salamanca, Huelva...). Cadenas de mensajes vía WhatsApp emplazaban a los agricultores a movilizarse sin esperar a las organizaciones tradicionales. Espontaneísmo. Espontaneísmo con sello de Vox. En esa cadena de mensajes apareció esta semana un manifiesto firmado por una Agrupación Nacional de Agricultores y Ganaderos del Sector Primario, que planteaba la primera plataforma reivindicativa del Febrero Agrario.
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Un primer manifiesto incluye exigencias políticas como una nueva ley electoral de corte mayoritario
Rebajar las exigencias de la nueva PAC. Derogación de la Agenda 20/30. Rebaja de la carga burocrática. Más reducción de impuestos del gasóleo agrícola. Derogación de leyes que atenten contra el medio rural (por ejemplo, la ley de Protección Animal). Mayor rigor con las importaciones. Una ley para limitar las prácticas de geoingeniería climática (técnicas en estudio para intervenir a gran escala en el clima para revertir el calentamiento del planeta). El manifiesto, atención, concluye con dos puntos políticos: prohibir la financiación pública de los partidos e implantar una nueva ley electoral de corte mayoritario basada en distritos uninominales de cien mil habitantes. Una ley electoral que daría todo el poder a la derecha en la España interior.
Alguien sueña con un 15-M agrario. El transportista Manolín y su plataforma también andan por ahí. Los transportistas pueden entrar en escena este lunes. Se está forjando una coordinadora alternativa. Al Partido Popular le han faltado horas para convocar a sus consejeros de Agricultura mañana en la sede de Génova. El PP ha cedido a Vox las consejerías de Agricultura de Castilla y León, Comunidad Valenciana y Aragón, compartiendo ambos partidos la de Extremadura. Es posible que ahora se estén arrepintiendo. El PP lleva semanas radicalizando su discurso para reducir al mínimo el voto de Vox en las próximas elecciones de Galicia, voto que les podría causar un disgusto. Vox quiere dar fe de vida después de la depresión posterior al 23 de julio. Un 15-M agrario en pleno debate sobre la ley de Amnistía. Ese sería el plan.
Alguien sueña con un 15-M agrario en pleno debate sobre la amnistía; Vox quiere resucitar
El ministro de Agricultura, el socialista Luis Planas, experimentado negociador, pieza imprescindible en el Gobierno de Pedro Sánchez, convocó esta semana a las organizaciones agrarias antes de conocer su plataforma. Quería dibujar un marco antes del estallido, si es que hay estallido. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), la Confederación de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (Coag) y la Unión de Productores Agrarios (UPA) lideran una convocatoria general de protesta en Madrid el 21 de febrero. Están previstos cortes de carreteras los días 6 y 9 de febrero (martes y viernes) en veinte provincias españolas. El día 13 de febrero, la Unió de Pagesos quiere cortar los accesos al puerto de Tarragona. Febrero Agrícola.
Momento de época: la colisión entre la propiedad agraria y la aceleración ambientalista en la Unión Europea. El tema es la profundidad de la protesta cuatro meses antes de las elecciones europeas. El tema es quien cabalga mejor el caballo cuatralbo: la derecha convencional o la extrema derecha.
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